Desde hace unas semanas a esta parte, decidí
tomarme en serio el tema de la grabación de textos en audio. Más en serio,
digamos, que hasta ahora.
Siempre me gustó leer en voz alta. En especial poesía. Tanto que cuando salía a
las plazas con mis primeros libros a hablar con la gente desprevenida que
pudiera encontrarse por ahí, le chantaba de sopetón la lectura de algún poema
recién aparecido.
Pero con el tiempo fui perdiendo un poco la conexión con los textos. No sé, las
rutinas que me impuse, el cansancio del cuerpo, de la mente y de la voz, los
años que te sacan la inocencia, o al menos te la pulen y te la dejan delgadita.
Sin embargo continué leyendo, con bastante menos entusiasmo, es verdad, pero
seguí. Grabé con mi celu, fui subiendo
a mi canal de YouTube y más
recientemente
al de TikTok. Envié por aquí, por allá. Mantuve colaboración
fluida con el bello programa Poesía 1110, que va por Radio Ciudad de Buenos
Aires (La Once Diez), y que da espacio a oyentes y poetas para que envíen sus producciones
en audio.
La cosa, a todo esto, es que me venía picando el bichito de hacerlo mejor, de
aprender. Y para eso, la gente de La Once Diez me ayudó un montón. Sol, con
quien estamos en contacto desde hace unos cuantos años, y Laura me dieron
espacio, consejos de lectura y entusiasmo para creer que es posible. Y
Guillermo, operador de la radio, supo aconsejarme de micrófonos y software, lo
cual valoro muchísimo porque estaba completamente desorientado.
Ahora, ya con el panorama más establecido, empiezo a practicar con la esperanza
de crecer e ir haciéndolo cada día un poquito mejor. Y en esta práctica es que
tuve el gusto de leer un texto de mi amigo y escritor Raúl Astorga.
Se trata del cuento Coreuta, que fue publicado en agosto de este año en la
contratapa de Rosario 12, suplemento de Página 12. Es una historia desopilante,
divertida, vinculada al mundo de la banda sueca ABBA, que transcurre durante
los años de su apogeo. Lo pueden escuchar en mi canal de YouTube.
Gracias Raúl otra vez por confiarme
tu cuento, y perdón (sí, nuevamente) por ciertos errores de pronunciación del
sueco y del francés. Prometo intentar hacerlo mejor la próxima. Sepan entender
por ahora que estamos en proceso de aprendizaje.