lunes, 9 de junio de 2025

Entrevista con Familia Lectora

Ayer tuvimos una charla/entrevista con Omar de Familia Lectora (@familialectora2020 en IG). Los invito a verla y escucharla.



jueves, 29 de mayo de 2025

Drácula

Hace muchísimo tiempo, en mis primeros años como laburante de sistemas, tuve un jefe indirecto que era un mal bicho. Digo indirecto  porque tenía un cargo en la consultora en la que yo estaba, pero a nivel empresa (en ese momento Repsol YPF) yo no dependía de él. A él le correspondía otra área dentro del mismo sector. Aún así me tocaba sufrirlo, como a casi todos (aunque algunos también lo seguían con obsecuencia).

Me hinchaba para que no compartiera información, para que no me vinculara abiertamente con los compañeros de otras consultoras, para que desempeñara tareas que no se correspondían con lo que se esperaba de mí en la empresa y que de hecho iban en contra. Intentaba llevar algo así como una logia dentro de la organización. 

Hasta que un dia decidí no darle más bola. Mirarlo a los ojos cuando hablaba y decirle entonces que no, que no lo haría; o no responderle y ya está. En fin, hacer lo que creía que debía, lo correcto. 

Se desarrolló así, o por lo menos yo lo viví de esa manera, una batalla silenciosa. De no aceptación y de incomodidad.

En cuanto pude, me cambié de sector dentro de la empresa, ya fuera de su radio de acción. Allí continué desempeñándome sin problemas, y un día decidí irme a otra consultora, con la que trabajé en una multitud de empresas distintas, entre ellas otra vez YPF (ya no más Repsol).

Internamente tenía claro que con ese tipo no iba a trabajar más. De hecho, en un momento, unos cuantos años más tarde, parecía que íbamos a coincidir en cierto proyecto (de una empresa cuyo nombre no recuerdo). Pero expresé claramente que yo allí no iba a ir, con él no compartiría más un espacio de trabajo. Y así fue, así se acomodaron las cosas.

Después, bueno, me dediqué por entero a la literatura. Decidí tomar las riendas de mi vocación, ser más honesto conmigo mismo. Pero esa es otra historia.

Sin embargo, algo positivo me quedó de él, de aquel mal bicho: en los primeros tiempos, sabiendo de mi aficíón por la lectura, me prestó un libro, Drácula, de Bram Stoker. El cual me quedó en la memoria como de los mejores que he leído. A tal punto de que luego de devolvérselo, hice lo que algunas otras veces (con otros libros) repetí: comprármelo para tenerlo en mi biblioteca.

Y allí está ahora. Nuevito. Dos décadas después. Algo más, incluso. Tentándome para que me decida al fin a darle su primera y merecida lectura.

jueves, 8 de mayo de 2025

Encuentros (XLV)

Lo elegí de entre una mesa llena de libros, me dice contenta, había muchos pero me quedé con el tuyo. Habla de El diario de Toba. Ese lo tengo, se había sorprendido antes. Ah, yo soy el autor, me presenté enseguida.

Estamos en Laferrere, acabo de llegar a su kiosco ventana con mi mochilita y mis hábitos de escritor ambulante. Me encuentro con alguien que no me conoce y aún así me leyó.

Ahora no te puedo comprar, me explica la señora, es un momento difícil. No pasa nada, le digo, te dejo mi tarjetita y si un día querés otro libro, me escribís.

Camino después hacia el fin de la mañana. Gratificado por estas perlitas que vienen así, cuando menos las espero. 

viernes, 18 de abril de 2025

Fragmento de novela

Fragmento de La certidumbre del fuego, en proceso de escritura. Un pedacito de lo que tecleé hoy.

"Siente enmarañarse los pelos de ella con los de él. Le acaricia las manos, los hombros. Disfruta con la respuesta dócil y a la vez activa de la chica. Querer y ser querido, alcanza a pensar mientras la abraza luego, al tiempo que ella se acurruca en su pecho, para protegerse del viento que ya arrecia, y dirige sus ojos azules hacia la inmensidad del mar que tienen enfrente.

Los lobos marinos, veinte metros más abajo, siguen lidiando en la arena para ponerse a salvo de la tormenta que se anuncia.

En cambio ellos, no. Ellos ya están a salvo. Lograron encontrarse entre la multitud de seres desconocidos, preparados para luchar unos contra otros, espadas y escudos en mano, palabras ficticias, máscaras de ocasión, en una batalla larga e inútil hacia la nada.

Ellos no, la abraza Pablo, cubriéndola del viento que sopla un poco más, ellos se encuentran ahora a salvo, y seguirán así: mientras consigan quererse."


sábado, 5 de abril de 2025

La contradicción

Grabo a mitad de semana un poema de Bukowski en el que dice que si querés ser escritor, no lo hagas a menos que salga rugiendo de tus tripas, que no te sientes frente a la computadora si te cansa sólo pensarlo.

Y creo verdaderamente en eso mientras lo leo en voz alta, en día miércoles, pongamos. Y sin embargo me encuentro ahora, ya en sábado, venciendo la inercia de la semana, para retomar las ganas de escribir cierta novela que traigo entre manos. La venzo, sí, y quedo satisfecho con la página escrita.

La contradicción, pienso entonces, es tan pero tan humana.