sábado, 5 de septiembre de 2009

Mi primera novela

Si bien ya pasaron unos cuantos años desde que comencé a escribir, hace tan solo unos meses inicié mi primera novela. Antes había escrito fundamentalmente poesía, y de vez en cuando algunos relatos pequeños, e incluso reflexiones, que me sirvieron más como ejercicio que otra cosa. Y hasta llegué a completar en los últimos tiempos un libro infantil, algo que nunca había pensado ni esperado, que sucedió casi por azar, y que ahora se encuentra en tratativas de publicación, pero eso lo dejaremos para otra entrada.

Es verdad que en más de una oportunidad quise empezar una novela, y de hecho lo hice dos o tres veces, pero transcurridas unas pocas páginas me quedaba sin tema, y ya no tenía nada para decir. Ni siquiera la forma que había adoptado terminaba de convencerme: me resultaba torpe e incorrecta. Todo parecía indicar que aún no había llegado el momento.

Y así el tiempo siguió pasando, leyendo yo de todo, como siempre, y escribiendo, mientras tanto, aquello con lo que me sentía más a gusto. Pero en ese leer de todo, comenzaron a aparecer, quizá por casualidad o quizá elegidos por mí de manera inconsciente, algunos libros o textos que hablaban sobre la forma de escribir: hábitos, costumbres, las mañanas, las noches, las pocas o muchas páginas por día; en fin, todas esas cosas que nunca me hicieron falta con la poesía, donde todo estuvo marcado por la inspiración, y donde poco importaba el resto.

Podía escribir poesía en una plaza, en un tren, en un colectivo, podía escribir parado durante el viaje cuando iba a trabajar, e incluso mientras caminaba, con un pequeño cuaderno en la mano. Bastaba con tener papel y lápiz para escribir poesía, pero la novela era otra cosa. La novela necesitaba un orden, una rutina tal vez, una planificación a la que no estaba acostumbrado. Era un mundo nuevo por aprender.

Regresando ahora a los libros que me allanaron el camino, de una o de otra manera, creo que el primero y más definitivo, el que me dio el empujoncito que tanto precisaba, fue París era una fiesta de Hemingway. Después vino Islas a las deriva, del mismo autor, y en el medio apareció La suma de los días, de Isabel Allende. Por otro lado, el prólogo de Los pilares de la Tierra, de Ken Follett, me resultó muy instructivo también; allí el escritor cuenta cómo se prepara generalmente para iniciar un libro nuevo (quizá un día suba algún fragmento, por si no lo tienen).

Y, claro, llegaron además los blogs, a través de esta maravilla que es internet, donde cada uno aporta su granito de arena, sus experiencias propias, su forma de escribir, pero no sólo eso, sino también las experiencias de escritores reconocidos. Cada uno busca y comparte, y entre todos aprendemos.

Y para no perder la costumbre de compartir, quiero dejar ahora un texto de Sábato que me parece muy bueno, y que creo se justifica, aunque la entrada termine resultando un poco larga.


El artista parte de una oscura intuición global, pero no sabe lo que realmente quería hasta que la obra está concluida, y a veces ni siquiera entonces. En la medida en que parte de una intuición básica puede afirmarse que el tema precede a la expresión; pero al ir avanzando, la forma va prestando al asunto sutiles, misteriosos, ricos e inesperados matices; momento en que puede afirmarse que la expresión crea al tema. Hasta que concluida la obra el tema y la expresión constituyen una sola e indivisible unidad. De este modo no tiene sentido pretender separar –como a menudo se lo pretende– el contenido de la forma, o sostener –como tan a menudo se lo sostiene– que hay temas grandes y temas pequeños, asuntos sublimes y asuntos triviales. Son los artistas y sus realizaciones los que son grandes o pequeños, sublimes o triviales. La misma historia de un modesto cuentista italiano del Renacimiento sirvió para que Shakespeare escribiera uno de sus más hermosos dramas.
En la obra de arte lo formal es ya contenido.


Ernesto Sábato
Fragmento de “Tema y realización”
del libro “El escritor y sus fantasmas”

12 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Alejandro, por experiencia te digo que cada escritor tiene su propia técnica a la hora de escribir. Yo por ejemplo, tengo una idea rondando mi cabeza y me siento ante el teclado y escribo. A medida que voy desarrollando la idea surgen complicaciones, (no todo es tan fácil) y esas dificultades van creando la trama. Lo difícil para mí es escribir un cuento, porque no puedo explayarme.

Pero creo que no existe una fórmula para escribir. Somos personales y en esto, mucho más.

Besos,
Blanca

Alejandro Laurenza dijo...

Blanca, muchas gracias por tu aporte!

Saludos,
Alejandro.

Lola Mariné dijo...

Yo también empecé escribiendo relatos cortos, la novela me imponía mucho respeto. Hasta que uno de mis relatos "me pidió" mas espacio y se lo dí.
Muy acertadas las palabras de Sabato, aunque como dice Blanca, cada escritor tiene su propia manera de hacer. Yo voy escribiendo la novela en mi cabeza, va creciendo, van surgiendo personajes y situaciones, y cuando sé como empieza y como termina, empiezo a escribir.
Ánimo con tu novela.

Martikka dijo...

Creo que han de ser pocos los que empiecen directamente con la novela, con lo que supone.
Me quedo con la primera frase de Sábato: "El artista parte de una oscura intuición global, pero no sabe lo que realmente quería hasta que la obra está concluida, y a veces ni siquiera entonces."

Esa "oscura intención global" es parte del misterio de la escritura, ese origen incierto de las historias en el que a veces participa alguien más (digamos Dios, ángel, musa). Hay una parte de la escritura que es inspirada, de ahí el no saber cómo termina nuestra historia, de ahí el sorprendernos con giros inesperados. Es magia ¿no?

Blas Malo Poyatos dijo...

Hola Alejandro, aquí estoy, devolviéndote tu amable visita. Como dicen Blanca y Marta, reafirmando a Sábato, se parte de una idea ocura y global, y se comienza a escribir. Y luego, ¡magia! aparece personajes y tramas. Así inica su trabajo la inspiración.

¿Por qué escribo en folios blancos? Porque las cuadrículas me anulan a las Musas.

Un saludo

Alejandro Laurenza dijo...

Lola, Martikka, Blas, muchas gracias por su visita! Creo más o menos coincidimos en que se aprende durante el proceso. No hay entonces más remedio que escribir, para ver qué resulta.

Un abrazo,
Alejandro.

Anónimo dijo...

Te sugiero "Sobre héroes y tumbas", aún quebrando el paso de los años. Es cierto, Ale, no hay fórmulas, sí técnicas para corregir y pulir los párrafos que surgen a borbotones. Dale, que hay novela para rato. Abrazo rosarino. raúl.

Alejandro Laurenza dijo...

Sí, Raúl, lo leí "Sobre héroes y tumbas" y me pareció excelente. Gracias por la sugerencia!

Un abrazo,
Ale.

Maribel Romero dijo...

Alejandro, escribir novela lleva un proceso y tú has empezado muy bien con los poemas y relatos cortos. Hay que tener cierta disciplina de trabajo y saber con certeza qué queremos contar. Sé que es muy difícil porque a veces tenemos clara la trama o el tema central pero si somos sinceros esa trama somos capaces de desarrollarla en 10 ó 20 páginas y hay que pensar en 200 ó más. No hay que agobiarse. Este es uno de los puntos que angustia bastante: lo que te queda por decir, las páginas que aún no has escrito. Todo va fluyendo, las novelas crecen solas, te lo aseguro, sólo hay que mimarlas un poco.
Me ha gustado el texto de Sábato.
Suerte y adelante con tus planes.
Un saludo.

Alejandro Laurenza dijo...

Gracias por tu visita, Maribel!

Es verdad, las novelas crecen solas. A medida que uno avanza, van surgiendo temas que no se habían previsto, y que muchas veces nos sorprenden mientras los escribimos.

Un saludo,
Alejandro.

Lupa Sívori dijo...

Hola!! Muchas felicitaciones!!! Escribir es un trabajo, duro y solitario, que también me apasiona.

Yo justamente también acabo de publicar mi primera novela, la presentación oficial será dentro de muy poquito.

Es algo que me llena de orgullo y se lo debo a muchísima gente que me ayudó a concebirla.

En la nota cuento un poquito de qué trata y dejo, de regalo, el primer capítulo.

Te invito a leer mi nota y comentarla!!

http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/05/un-verano-para-recordar-mi-primera.html


También, si querés podés seguirme en:

https://www.facebook.com/sivoriluciano

Alejandro Laurenza dijo...

Gracias, Luciano. Ahora me doy una vuelta por tu blog.

Saludos!