Como sabemos, Neruda anduvo por muchos sitios. Como diplomático de Chile, su país natal, tuvo la oportunidad de conocer el mundo, y por supuesto de vivir en él. Más tarde el exilio lo llevaría nuevamente a tomar múltiples residencias fuera de su país.
Así y todo, quedaron en Chile tres casas que lo representan, y que en la actualidad funcionan como museos: La Chascona en Santiago, La Sebastiana en Valparaíso, e Isla Negra en la localidad del mismo nombre. Todas ellas tienen mucho del poeta, dado que participó activamente en su construcción, aunque la de Valparaíso la haya comprado a medio hacer.
Por motivos no literarios, la vida me llevó hace unos meses hasta Santiago de Chile, y, claro, no me lo podía perder. Anduve por Isla Negra, ese paraíso frente al océano pacífico, donde tantas veces Neruda habrá tomado la pluma, sentado en su escritorio con vista al mar, para escribir quién sabe cuántos poemas.
Una curiosidad. En su habitación, con ventanas al este y al oeste, la cama estaba orientada para que el sol ingresara por la cabecera al amanecer, y se fuera despidiendo, con sus colores anaranjados, por los pies durante la tarde, hasta sumergirse por completo en las aguas del mar.
Otro dato curioso. Neruda decía ser un marinero de tierra, porque, a pesar de su amor por el océano, era incapaz de navegar sin que el ir y venir de las olas lo mareara. Fue por eso que mandó construir e instalar un bote a un lado de su casa, un bote que nunca supo de remos ni de sal, desde donde luego burlaría tantas veces las propias limitaciones.
En fin, estas cosas nos recuerdan que la poesía no es sólo un poema, sino una forma de vivir. Dejemos ahora que el poeta siga hablando.
La noche en la isla
Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.
Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora
—pan, vino, amor y cólera—
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.
He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.
He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.
Pablo Neruda
del libro “Los versos del capitán”
22 comentarios:
Hola Alejandro. Unos versos muy hermosos que no conocía. Y las fotos revelan un paraje de otro mundo, lejos del bullicio urbano, gris y estresante. Un mar de tranquilidad oceánica.
Un saludo
Exacto, Blas. Neruda sabía dónde deseaba vivir, :-).
Un abrazo,
Alejandro.
Qué emocionante, Alejandro, haber podido estar en una de las casa de Neruda, pisar sus mismas huellas, respirar su mismo aire... A mí me ocurrió algo parecido cuando fui a la casa de Miguel Hernández, en Orihuela, porque es un poeta al que admiro profundamente.
Bellos versos nos has traído y bonita entrada en general.
Un abrazo.
Gracias, Maribel! Sí, fue una experiencia muy linda.
Un abrazo,
Alejandro.
¡Qué honor, el tuyo, Ale! ¡Qué honor! Me quito el sombrero para saludarte. Abrazo.
Jaja, Raúl.
Te mando un abrazo,
Ale.
Hola, ALejandro.La semana próxima viajo a Valparaíso, tenía pensado visitar La Sebastiana, gracias por la información que me aportaste.
Saludos
Tona
Antonia,
Me alegro de haberte sido útil! :-)
Un saludo,
Alejandro.
Sin duda una entrada entrañable, Alejandro. Ver el mar y el trocito de cielo que inspiró tantas y tantas veces a Neruda, qué bonito.
Las fotos son una maravilla, despliegan bienestar y paz. Esos viajes quedan para siempre.
Un saludo, amigo.
Mián Ros
Así es, Mián. Es de esas cosas que no se olvidan...
Un abrazo,
Alejandro.
Oportunidad que no te podías perder, Alejandro, visitar los sitios de tu admirado poeta. Tengo un libro de poemas de Neruda, de vez en cuando lo abro y me sirve de inspiración.
Bellas fotos, y tú te ves magnífico!
Besos!
Blanca
Blanca, gracias por pasar! :-)
Un abrazo,
Alejandro.
Eso es muy hermoso, Alejandro, no había lecho estos versos de Pablo Neruda. Tengo 20 Poemas de amor y canción desesperada y le he exprimido, casi hasta la última gota... para es simplemente hermoso... Ese lugar de las fotos me parece mucho a La Costa Granito Rosa en Bretaña, al noroeste de Francia. Pero, sea cual sea es un hermoso lugar para soñar
Saludos
Sí, Vicsabelle, es un poema muy bello. Y la casa y su entorno son maravillosos. Gracias por pasar!
Un saludo,
Alejandro.
Gran maestro Neruda, poeta con mayúscula y el mejor del siglo XX, para mi entender. Me ha gustado mucho tu viaje, yo adoro la mar, creo que es una de las maravillas más bonitas que existen para deleitarse escribiendo.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras, Printova!
Un abrazo,
Alejandro.
Entré a este blog por casualidad
y encontre una hermosa entrada
que me trajo muchos recuerdos
como no recordar a Paulo Neruda
si era obligatorio en las clases
del colegío en mis años,te
felicito por tu blog.
Un abrazo a la distancia.
Me olvidava las imagenes son
lindas tu foto es genial.
Bienvenida, Gladys! :-)
Un abrazo,
Alejandro.
Me he dado una vuelta por tu blog y esta entrada me ha encantado. Por el poema de Pablo Neruda y por tu forma de contar ese estupendo viaje que la casualidad te regaló. Mira por dónde conociste la casa del poeta y mereció la pena por lo que cuentas. Me llamó la atención la disposición de la cama, hay que tener una sensibilidad especial para esos detalles. Como bien dices, el poeta es una forma de ver y vivir la vida.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Margarita
Margarita, gracias por tu visita, y espero seguir viéndote por aquí!
Un abrazo,
Alejandro.
felicitaciones por las notas y fotitos de la casa del gran neruda. Tienes mas fotos?
sabes que conocí por blog tambien la casa del poeta Martian Carlos en Isla de Golondrinas y tiene una fascinante colección de botellas. Estos poetas
cariños
Romi
rrana@live.com.ar
Claro, Romi, te enviaré más fotos!
Un abrazo,
Alejandro.
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