El plan ideado por Cedrón, y ejecutado con el apoyo de Trujillo y Varela, para recuperar lo que cree suyo de una última y definitiva vez, lleva la historia hacia adelante. Pero el libro es más que eso. Es también un recuento de las pequeñas cosas en que se manifiesta la vida, aunque la coyuntura sea adversa, a las que el hombre puede asirse para seguir navegando.
Compartiré algunas líneas que calaron en mí de manera especial.
“Mientras haya un huequito para vivir, hay que vivir.” (tío Humberto)
“Lo que sucede con el jefe es lo mismo que sucede con la burguesía, papá. Tienen miedo al progreso de los otros.” (Gentile)
“Sabían que esa noche sería eterna, aunque nunca supieran sus nombres, ni su origen, ni su filiación.” (cronista)
“Y el tío Humberto la esperó hasta el final. Su última palabra, antes de partir de este mundo fue su nombre, Gabriela.” (Trujillo)
4 comentarios:
Invita a leer. Se ve que los escritores (y escritoras) nos estamos metiendo con esto del 2001. Acabo de terminar "Debajo de tus pies nada", de Carola Di Nardo Montalvo, escritora pampeana, que también aborda esta temática.
Abrazo
Gracias,Alejandro, por haberme leído y haber rescatado esta historia en tu blog. La escribí entre enero y marzo de 2005, intuyendo que ese período dejaría huellas, y leyendo a nuestro país, a nuestro mundo, con los ojos de siempre, sin dejarme llevar por las coyunturas. Quien quiera leer que lea.
Abrazo!!!
Una bella novela. Escritos que se leen con reales ganas de seguir hasta el final. En esto se basa la calidad de una novela: el deseo de seguir el camino que traza el autor. Y Raúl lo ha logrado. Comparto en todo el comentario de Alejandro, y recomiendo la lectura del texo. Felicitaciones, Raúl. Merecidos elogios!!!...Rosita.
No sé yo... pinta bien, pero no me parece muy dinámica...
Un saludooo
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