La ballena franca
Veía las estrellas Josefina. Tenía en la cara una mueca de dolor.
¡Son los ojos!, decía, ¡son los ojos! Lloraba como ballena chica, mientras lanzaba aire por sus narinas hacia el cielo.
Pascualito la miró preocupado.
Era inmensa, con esos manchones ásperos y llenos de bichitos sobre la piel. La cola gigante subía y bajaba, golpeando impaciente contra la superficie del mar.
¡Se me metió algo en los ojos!, seguía quejándose.
La respuesta del pingüino fue inmediata. Apuntó su varita a la cabeza de la ballena, y disparó una luz sanadora que la envolvió por completo.
Los ojos de Josefina brillaron en paz.
Nunca supieron lo que había pasado: si fueron peces, si fueron algas o si fue la basura que suelen tirar los hombres irresponsables.
Pero la ballena y el pingüino se hicieron amigos aquella vez, y salieron luego juntos a navegar, durante las tardes de primavera.
Alejandro Laurenza
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sábado, 17 de junio de 2017
La ballena franca
Ilustrado por Marcos Amayo Acosta, comparto esta vez un cuento de nuestro libro El mago Pascualito. ¡Ojalá les guste!
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2 comentarios:
Che Josefina no era la ballena que vivia en un vaso?
Ah,no sé. Capaz que se conocen! :-D
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